Solubilidad es una medida
de la capacidad de disolverse una determinada sustancia
(soluto)
en un determinado medio (solvente); implícitamente se corresponde con la máxima
cantidad de soluto disuelto en una dada cantidad de solvente a una temperatura
fija y en dicho caso se establece que la solución está saturada
La
solubilidad se define para fases específicas. Por ejemplo, la solubilidad de aragonito
y calcita
en el agua se espera que difieran, si bien ambos son polimorfos de carbonato de calcio y tienen la misma fórmula molecular.
La
solubilidad de una sustancia en otra está determinada por el equilibrio de
fuerzas intermoleculares entre el disolvente y el soluto, y la variación de entropía
que acompaña a la solvatación. Factores como la temperatura
y la presión
influyen en este equilibrio, cambiando así la solubilidad.
Temperatura:
Otro factor que altera la solubilidad de un soluto en un solvente está relacionado con la temperatura. Por ejemplo, la solubilidad del azúcar aumenta con un incremento de temperatura.
Presión:
La incidencia de la presión en soluciones cuyo soluto es líquido y solvente solido o viceversa es despreciable. No obstante, cuando el soluto es un gas y solvente es un líquido la presión influye en la solubilidad de este soluto.
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